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Imagen Profesional y Maquillaje para Ejecutivas

«Siempre he creído en el axioma de que las pequeñas

cosas son infinitamente lo más importante«

Sherlock Holmes

Cada ser humano tiene una personalidad que proyecta a través de su comportamiento, su manera de hablar, sus gestos, sus modales, la postura de su cuerpo, su forma de vestir y de moverse.

Proyectamos seguridad o inseguridad con nuestro lenguaje no verbal, antes de decir una sola palabra. Esa es la gran importancia de la primera impresión. Tu presencia es, por lo tanto, tu principal tarjeta de presentación; es el primer impacto a través de tu imagen, por lo que, pensando en tu cuerpo como en el estuche que contiene lo que verdaderamente eres, tú dirás si vale la pena poner especial cuidado en el arreglo personal.

Además, nuestra autoestima se eleva considerablemente cuando nos sentimos seguras de que nuestra presentación es impecable y una presentación impecable es, al mismo tiempo, la manifestación de una alta autoestima.

Las mujeres contamos con múltiples recursos y es nuestra decisión usarlos como aliados o como enemigos. Un buen corte de cabello, el cuidado de la piel, el maquillaje adecuado, la ropa que utilizamos de acuerdo a la estatura, proporciones corporales, a la ocasión, los zapatos, accesorios indicados y una buena alimentación, influyen en el logro de esa imagen impecable de la que hablamos y que, combinados con una buena postura, un hablar claro y una actitud positiva, entre otros aspectos fundamentales, dan por resultado una personalidad atractiva y carismática.

Importancia de los colores

Uno de los recursos al hablar de imagen de impacto, es el color. ¿Alguna vez te has puesto a analizar por qué hay días en que sales de tu casa creyendo que te ves sensacional y cuando llegas lo primero que te preguntan es si estás enferma? Sin embargo, hay otros días en los que recibes muchos halagos y todos quieren saber qué hiciste para verte tan bien. ¿Sabes a qué se debe todo esto? Es algo muy sencillo, es el color, el color que está cerca de tu cara y los colores que usas en tu maquillaje. ¿No te parece increíble?

Los colores de acuerdo a las estaciones del año

Los colores, de acuerdo a la infinita sabiduría de la naturaleza, han sido divididos por estaciones por ejemplo:

♦ El invierno se viste con el blanco brillante de la nieve, el verde profundo de los pinos, el rojo vivo de las nochebuenas

♦ La primavera llega con los brotes frescos de los árboles, los tonos radiantes de las flores y el azul claro del cielo

♦ En el verano, los colores se ven opacos, polvosos, como los tonos de azul grisáceo del mar y las sombras rosas y púrpuras del crepúsculo

♦ El otoño hace su dramática entrada con colores cálidos y terrosos, colores que vemos en un atardecer dorado o en las hojas de los árboles que toman tonos ocres y naranjas, para luego caer sobre el verde musgo.

Es realmente admirable como en la naturaleza existe una absoluta armonía de colores en cada una de las estaciones; así también, cada ser humano, tiene un color de ojos, de piel y de cabello que armonizan entre sí y a su vez con los colores de una de las cuatro estaciones.

Por intuición, a veces nos damos cuenta de que hay colores que nos quedan muy bien; sin embargo, en otras ocasiones, compramos ropa porque está de oferta, porque una amiga se compró un vestido de ese color y se le veía muy bonito, porque es el color que está de moda, o simplemente porque nos gusta y realmente no nos hemos puesto a pensar si además de gustarnos, nos queda bien.

Al poner en práctica esta teoría del color, podrás coordinar tu guardarropa con facilidad, ya que los colores armonizarán entre sí y tendrás la oportunidad de hacer más combinaciones con menos prendas. Son muchas las ventajas con las que contarás a partir de ese momento, desde aprender a comprar solamente lo necesario, saber cuáles son tus mejores colores en ropa, accesorios, maquillaje y cabello, hasta proyectar tu mejor imagen, tu propia personalidad y lograr el impacto que siempre has deseado.

Así que te invito a que continúes disfrutando de esta enorme ventaja que tenemos las mujeres al contar con tantos elementos para vernos y sentirnos cada vez más bonitas, a que te mantengas siempre actualizada y pendiente de ti misma, en armonía y por lo tanto en equilibrio contigo misma en todas las áreas de tu vida. Recuerda que es la constancia la que finalmente te dará los resultados que deseas.

Esencia y presencia de la mujer

Si tuviéramos que precisar dos de los aspectos fundamentales que conforman la esencia de la mujer, diríamos que son la fragilidad y la fortaleza, que quizás podrían parecer opuestos y en realidad no lo son, simplemente muestran el equilibrio perfecto de la naturaleza manifestada en la mujer.

Fragilidad, porque su singular sensibilidad la hace vivir intensamente sus emociones, ser delicada en sus sentimientos, llena siempre de amor: como hija, como hermana, como madre, como esposa, como amante, como amiga, como profesional o profesionista; dispuesta siempre a entregarse sin reservas.

Fortaleza, que le da a la mujer esa capacidad de salir adelante, cualesquiera que sean las circunstancias en su vida y por difíciles que parezcan, la fortaleza en la mujer es lo que hace que ella sea como el bambú «que se dobla pero no se quiebra».

Y bueno, quizás parezca que somos el sexo débil porque somos muy vulnerables, y la fuerza física no es una de nuestras cualidades; sin embargo, nuestra cualidad principal es la fortaleza, que va más allá todavía.

Simplemente estas dos cualidades y calidades de la esencia femenina la hacen digna de admiración, que ella gana o pierde en cada caso; y nadie, ni ella misma, tiene el derecho de faltarle al respeto, a menos que ella lo permita o se lo permita a sí misma; ese es su poder y así como tiene el derecho de ser respetada y de respetarse, por encima de todas las cosas, tiene, como obligación principal, la de buscar su armonía interna que la conducirá irremediablemente a la felicidad real, la que va más allá de un universo material y físico, para que, de esa manera, haga feliz a quienes la rodean.

Todo esto podría parecer egoísta, sin embargo, el trabajo empieza en casa y la casa eres tú, tú eres el templo y ese templo conviene que esté lleno de respeto y de amor, para que puedas dar respeto y amor; nadie puede dar lo que no tiene.

Si empezamos ahora a hablar de la presencia de la mujer, tendremos que contemplar también dos aspectos: su presencia como su «estar presente» como parte muy importante dentro de su vida personal, su familia y la sociedad y su presencia física. Aquí empezamos o más bien seguimos, hablando del respeto a si misma que se manifiesta inclusive, tanto en los cuidados que da a su cuerpo por dentro y por fuera, como en el esmero que pone en su arreglo personal, que en ocasiones es una manifestación de su ser interior, de esa parte que es lo que verdaderamente ella es.

Dejemos claro con esto que, por supuesto, una mujer no es su cuerpo; su cuerpo es solamente el estuche que contiene esa esencia de la que continuamos hablando, por medio del cual ella se manifiesta en forma física y se comunica, tanto con ella misma, como el resto del universo (de su universo).

Por eso el cuerpo tiene su propio lenguaje y nos avisa sin palabras de todo aquello que está pasando en nuestro interior; razón por la cual la autoestima y la autoimagen están tan estrechamente ligadas. Las mujeres somos vanidosas por naturaleza (en un grado saludable, claro) y cuando una mujer pierde ese deseo natural de verse bonita y descuida su exterior, es porque su propia autoimagen se encuentra muy devaluada, y no por alguien más, sino por si misma. Quiere decir que se está faltando al respeto y entonces, su autoestima es muy baja, no se considera merecedora y se convierte en un círculo vicioso: se descuida porque su autoimagen es negativa y su autoestima muy baja y su autoimagen es negativa y su autoestima es muy baja porque se olvida de si misma y de su apariencia.

No queremos decir con esto que el arreglarse resuelve todo en la vida, es simplemente un camino fácil, para empezar a respetarnos de afuera hacia adentro y recuperar el tan mencionado respeto a si misma, que parece ser el punto de partida para conocer y reconocer cuáles son sus verdaderas necesidades básicas y satisfacerlas.

Lo principal es buscar el equilibrio entre nuestra parte física, mental y espiritual; «poner los pies en la tierra para poder tener los ojos en el cielo»; y tener los pies bien puestos en la tierra significa cuidar nuestra salud física, mental y espiritual, poner atención a nuestra apariencia para darle una morada digna a lo que realmente eres: a tu alma o espíritu, como le quieras llamar de acuerdo a tus creencias personales, a tus sentimientos, a tus emociones, tus pensamientos, tus valores, tus principios fundamentales. Recuerda que esa manifestación externa de lo que tú eres, es lo primero que ven los demás y que finalmente es lo más fácil de modificar, si existe el fondo, la forma es lo de menos, cuando no hay fondo, la forma se convierte en algo sin valor real y pasajero.

En este universo sorprendente, cada día, al abrir los ojos, te encuentras con un regalo maravilloso, 24 horas nuevecitas, recién creadas para que tú hagas con ellas lo que tú quieras, por lo que cada día trae consigo una nueva oportunidad, plena y radiante de manifestar tu esencia y presencia; así que… ¿valdrá la pena aprovechar este regalo extraordinario? La decisión es solamente tuya. Como siempre, tú eliges.

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